Friday, April 22, 2022

TRIBUTO A GEORGE PEREZ - DC COMICS

 GEORGE PEREZ - TRIBUTE DOUBLE PAGE 

DCCOMICS.

No hay nadie más legendario que George Pérez, y DC COMICS celebra su 68 cumpleaños (que tendrá lugar el 9 de junio) con un especial de dos páginas que presenta un elenco de artistas estelares. La extensión de dos páginas se incluirá en todos los libros de DC en junio, y el esquema de honor fue diseñado por Dan Jurgens. Con una gran cantidad de héroes de DC junto con el propio Pérez, los personajes de la obra de arte han sido creados por algunos de los mayores talentos de los cómics, incluidos Jim Lee, Walter Simonson, Alex Ross, Todd McFarlane, Dave Gibbons, Nicola Scott y Joelle Jones. y Mikel Janin, Dan Mora, Jerry Ordway, Daniel Sampere y más, todos coloreados por Hi-Fi.

“Cuando me pidieron que creara un diseño y un diseño en honor a George Pérez y sus maravillosas contribuciones a DC Comics a lo largo de los años, me sentí realmente honrado”, dijo Dan Jurgens. “Admiro el trabajo de George desde que lo vi por primera vez y he tenido la suerte de trabajar con él en diferentes capacidades y en varios proyectos. Lo más importante es que he podido ver la forma en que George trata a los fanáticos y lectores, siempre sonriente, sociable y amigable. Ha sido un placer, estoy emocionado de ver cómo se crea esta portada y estoy seguro de que todos los que contribuyeron sienten lo mismo”.

El tributo presenta personajes con los que Perez es sinónimo, incluidos The New Teen Titans, Supergirl, The Justice League of America, Trigon, The Spectre, Darkseid, Firestorm, Cheetah and The Amazons, Power Girl and Huntress, The Legion of Super-Heroes, y más. Acompañando la extensión de dos páginas en una página separada habrá una clave que destaca a los personajes y artistas que los dibujaron, y puede ver tanto la extensión de las dos páginas como la clave en las imágenes a continuación.También se mostrará un tributo especial a George Perez como una portada variante de Dark Crisis #7, y cada portada de esa serie destacará uno de los eventos de crisis anteriores en la historia de DC, comenzando con Marvel's Wolfman y Perez's Crisis on Infinite Earths. También habrá una versión especial de la variante Dark Crisis #7 disponible en The Hero Initiative para recaudar fondos para una de las organizaciones benéficas favoritas de Pérez. Puede encontrar el resumen completo de los personajes que aparecen en el tributo a continuación. Aqui pueden ver la DOBLE PAGINA en ALTA CALIDAD y tambien la guia de referencia de cada dibujante. Para disfrutarlo!

#GeorgePerez #DCComics #TheTeenTitans #CrisisOnInfiniteEarths



 

Wednesday, September 30, 2020

Arte: Fallece Quino, el creador de Mafalda, a los 88 años | Argentina |  Joaq | NOTICIAS EL COMERCIO PERÚ 

ADIOS MAESTRO QUINO! 

Hoy falleció el gran dibujante e historietista Argentino. A los 88 años se nos va un genio del lápiz y de las ideas, gran creativo y observador del mundo.

Mafalda: la invención de Quino que se salvó del olvido

Monday, July 20, 2020

HIROSHIMA - Héctor Oesterheld

Yo estuve allí. Yo estuve en Hiroshima. Yo supe lo que iba a pasar. Aunque, desde luego, no pude hacer nada para evitarlo. Yo estaba allí, y, a la vez, no estaba.
No preguntes cómo fue posible, porque no puedo decirte más.
He conocido los abismos del universo todo.
Ninguno tan vertiginoso, tan atrapante como el horror.
El horror de Hiroshima.Hiroshima, el primer nombre del horror atómico.
Hiroshima en agosto de 1945, es una ciudad construida sobre un delta. Siete ríos la cruzan. Colinas bajas hasta el este.
Tiene 250.000 habitantes. Típico puerto japonés, muy laborioso, con casi toda la gente viviendo en un área reducida, unos 8 kilómetros cuadrados.
Hiroshima, en agosto de 1945, son unas de las pocas ciudades que han respetado el B-San (el señor b, en japonés; así llama la gente con árido humor, a los B-29, las superfortalezas que, día a día, arrojan toneladas de bombas sobre las islas).Pero se descuenta que la suerte de Hiroshima no ha de durar. Por eso, el alcalde ha ordenado que franjas de casas sean demolidas, para que el fuego de los incendios no pueda propagarse. Es seguro que habrá incendios cuando vengan B-San. Porque las casas son de madera, con techos de tejas.
También ordenó el alcalde que cada casa tenga delante un tanque de cemento lleno de agua, para combatir el fuego.
Ya ha quedado establecido: Hiroshima será la capital del imperio si Tokio debe ser evacuado. Los soldados cavan refugios, para resistir hasta lo último. Son soldados de la 5ª división, la llamada ‘Invencible de Singapur’. Cinco mil de ellos están acuartelados en el secular castillo de Chogoku, en el centro de la ciudad.
Hiroshima, en agosto de 1945, sabe que está en guerra, y hace tiempo espera lo peor.
¿Por qué B-San nos respetó hasta ahora?, se pregunta la gente. Y se contentan: Porque nos reservan algo especial. Aunque Hiroshima, en agosto de 1945, está cansado de oír rugir los motores de B-San, de oír la alarma antiaérea. Porque las escuadrillas de B-san suelen concentrarse todos los días casi encima de la bahía. Pero B-San no ataca nunca Hiroshima, siempre la elude; sigue hasta Tokio, hacia Yokohama, hacia cualquier otro objetivo. Pero nunca visita Hiroshima, aunque está allí, en el fondo de la bahía.



Hiroshima, el 6 de agosto de 1945, a las 7:15 de la mañana, oye, una vez más, la alarma antiaérea. Pero tampoco ahora es la rápida serie de señales que anunciaban un ataque inminente. Es sólo un largo toque de sirena, que -todos lo saben- representa una simple advertencia.
Una simple advertencia como tantas; el radar ha captado aviones en la bahía; las estaciones cumplen su deber anunciando que Hiroshima puede ser bombardeada.
A la 8, se sabe que tampoco esta vez B-San piensa hacer algo contra la ciudad. Sólo tres aviones vienen volando muy alto: una misión de reconocimiento, seguro…
Tan poca importancia se da a aquellos 3 aviones, que en toda Hiroshima se oye ahora la señal de que el peligro ha pasado…
Los 3 aviones se abren al volar sobre Hiroshima. Uno de ellos, el del medio, va directamente hacia el centro de la ciudad.
Es el ENOLA GAY.
Y pasará sobre el castillo de Chogoku.
Hiroshima, 6 de Agosto de 1945, ocho horas quince minutos…
Miles de ojos miran hacia B-San.
Soldados de las baterías antiaéreas, que retienen el fuego porque saben que a semejante altura los disparos serian inútiles. Chicos en algunas escuelas, contentos de tener algo para mirar en lugar del siempre aburrido pizarrón.
Gente en la calle, la que tiene poco apuro, la que puede perder el tiempo mirando el cielo.
Miles de ojos miran a B-San…
Miles de ojos que están recibiendo las últimas gotas de luz.
Un destello vivísimo. Iluminando el cielo todo.
Miles de ojos, ya ciegos.
El destello sigue; un golpe de calor brutal, inconcebible.
Y enseguida un manotazo titánico que arrasa con todo.
Mamá Sato pone sobre la mesa cinco tazones con arroz y leche.Cinco tazones para sus cinco hijos; cinco hijos llenos de risa, porque Mamá Sato siempre les cuenta chistes. El desayuno es la hora más feliz para Mamá Sato. Que trabaja en una fábrica.
El resplandor en la ventana, bañando la habitación con luz crudísima, insoportable.
-¡Un relámpago! –grita, alborotado uno de los chicos.
-¡No puede ser! –grita otro-. ¡Si no hay tormenta!Se abalanzan hacia la ventana, para ver, pero no llegan. Una fuerza irresistible los arrebata. Mamá Sato se siente proyectada a través de la pared, queda aturdida, apretada por vigas y tablas. Queda aturdida, pero un grito la hace reaccionar.
-¡Mamá! –Es la vocecita de Tono, el menor.
Enloquecida, mamá Sato se desembaraza de las tablas. Una viga le ha herido la pierna, pero no hace caso; se sigue debatiendo. Por fin, ya está libre.
No ve a los hijos. Sólo escombros.
-¡Mamá! –Tono debe de estar allí, bajo ese tabique roto.
Humo. Olor a madera quemada.¡Fuego!
Mamá Sato trabaja frenética. Los carbones encendidos de la cocina se han desparramado, han encendido el papel, las astilla; ya las llamas crepitan; ya asoman las lenguas rojizas.
La manito de Tono asoma entre las tablas. Mamá Sato tira de ella. Por fin lo saca. Tono llora, está lastimado en la cabeza; tiene la ropa hecha jirones, pero Mamá Sato ya lo deja a un lado y sigue removiendo las tablas. De un lado llega ahora el grito desgarrado de Shima, la nena mayor; el fuego debe estar alcanzándola. Y tres metros más allá hay otro llamado, igualmente angustioso.
-¡Mamá, no doy más, mamá! –Es Saki, el tercero.¿A quién salvar primero?
Perezoso, el humo se alza en volutas por entre las tabas.
Un sollozo desgarra el pecho de Mamá Sato.
¿A quién salvar primero?
Tira de una viga; debe estar apretando a los dos.
¿Y los otros? ¿Y Moto? ¿Y Kami? Una bocanada de aire quemante la lanza hacia atrás. El fuego, avivándose de pronto, salta ya, envolviendo a todo el montón de escombros.
-¡Mamá! –No se oye nada más: sólo el rugir del incendio.
Mamá Sato, abrasadas la cara y las manos, debe retroceder.
Tono, llorando, se le prende a la falda.







Los soldados de la batería antiaérea miran hacia B-San.
El destello, y ya no ve más.
Los rostros, abrasados por el intensísimo calor, en un instante quedan convertidos en enormes llagas.Los ojos, vacíos, sólo liquido en las cuencas vacías.
Los soldados de la batería antiaérea. Dieciocho, veinte años de edad.
Nimoto se gradúa de tranvía. Acaba de tomar el turno, y aprovecha que el vehículo ya está lleno para ordenar la planilla.
Como el fogonazo de magnesio de un fotógrafo, el súbito destello ilumina todo de pronto.
Hay gritos espantosos entre los pasajeros. Nimoto toca la campanilla sin saber por qué. Súbito estruendo de vidrios rotos, como envestido de costado por un tren, el tranvía cae violentamente a un lado.
Nimoto ha perdido el sentido. Cuando vuelve en sí, apenas si oye algún gemido.
Está atrapado entre dos hierros retorcidos. El tranvía ha sido aplastado a lo largo. No hay casi sobrevivientes. Son apenas dos o tres los que gimen.
Nimoto trata de soltarse. Debe tener algo roto en la espalda. Duele mucho la cintura, las piernas no le responden casi.
El tranvía –lo que queda del tranvía- está medio sepultado bajo los restos de una casa. Pero Nimoto puede ver la calle.Ve, así, el humo.
Ve a varios heridos, semidesnudos y llagados, que pasan a la carrera. Tropiezan entre los escombros, pero pasan.
-¡Tesukete! ¡Socorro! –llama Nimoto.
Pero ninguno hace caso; pasan de largo.
Más humo, aire caliente, fragor de llamas que se vienen. Nimoto forcejea; sólo no se soltara nunca.
Más y más humo.
Es el fin.-¡Tasukete!
Una figura surge entre el humo.
La figura vacila; por fin, se acerca a Nimoto…
Ya lo ha visto.
Con una mano trata de apartar el hierro que retiene a Nimoto.
Pero nada.
-¡Usa las dos! –grita desesperado Nimoto.
Ahora puede ver bien al otro. Un golpe de viento abrió el humo.
Ahora puede verle la sonrisa débil, como de disculpa, en el rostro chamuscado. Se alza de hombros, no puede hacer nada. Se va, tiene una mano útil. La otra, quemada, es sólo una masa rojiza.
Nimoto queda solo.
-¡Tasukete!
Nadie le responde.
Muy pocos de los sobrevivientes del área céntrica recuerda haber oído la explosión. Sin embargo, los que estaban a más de 10 kilómetros dicen que fue ensordecedora. La más fuerte que oyeron jamás.
Por los escombros que llenan las calles, Manca, obrero de una fábrica de colchones, regresa a su casa. Estaba trabajando en el sótano de la fábrica cuando fue la explosión; consiguió salir, y ahora tiene una rara sensación de culpa al verse tan ileso entre tanta destrucción, entre tantos muertos y heridos.
-¡Mizu, Mizu, Agua! –suplican varias voces entre las ruinas. Pero Manaka no se detiene. Tiene prisa, mucha prisa: debe buscar a su madre, que quedó sola en casa.
Manaka sabe que hay un incendio, sabe que el fuego va para el lado de su casa. Allí está lo que fue su casa, un gran montón de vigas, tablas y mamparas.
A un lado una mujer desnuda, con el cuerpo todo rojo, ha tenido un vestido floreado y el intenso calor, concentrado en las partes oscuras, le ha estampado en el cuerpo las flores del dibujo… No se le ven los ojos en el rostro desmesuradamente hinchado.
Manaka empieza a trabajar; quizás su madre este viva todavía.
-¡Manaka! –alguien lo llama.
Pero la voz muy débil no viene de los escombros.
¡Manaka!
¿De dónde viene esa voz? Parece tan cerca.-Manaka…
El corazón de Manaka se detiene.
La mujer… Si, es ella, su madre.
Al momento de la explosión, Hiroshima tenía 250.000 habitantes. Murieron cien mil, hubo otros tantos heridos. La mayor parte de estos heridos, muchos gravísimos, quedaron sin atención. Porque de los 150 médicos que había en la ciudad, murieron cerca de la mitad; casi todos los demás resultaron heridos.
Esto fue lo que multiplicó el horror de Hiroshima.
Tantos, tantos quemados, sin atención alguna durante todo un día y una noche y otro día.Los que murieron en primer momento sufrieron poco o nada. El calvario fue para los que quedaron. Hiroshima, la ciudad de las muertes inenarrables.
-¡Vayámonos abuela… vayámonos! –la nuera, con una hija en brazos que mira indiferente el fuego, trata de apartar a la anciana.
Pero la señora Agaki no se mueve.
-Es gasolina –dijeron algunos al ver la lluvia-. Han regado la ciudad con gasolina y prendieron fuego. Así explicaban lo que no entendían, aquel fabuloso desastre causado por un solo avión.
Silenciosa procesión de heridos, buscando refugio en el río.Ninguno se queja, a pesar de las quemaduras, de las heridas que siguen sangrando.
Caras que no son caras. Manos que no son manos. Algunos caen, se dejan morir entre los escombros.
Los demás siguen, el incendio los corre.
El río.
Los salva del fuego, pero la sal del agua es una tortura más.
Cuando suba la marea el agua crecerá.
Muchos de los refugiados se ahogarán.Tres días después de Hiroshima otro puerto japonés, Nagasaki, sufría el mismo tratamiento. Nueve días después el emperador Hirohito comunicaba a su pueblo que el Japón estaba vencido. Lo cual justificó el empleo de la bomba atómica: Las bombas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki habían acortado la guerra quizás varios meses y en varios millones de vidas.
Así se justifica Hiroshima. ¿Pero se justifica así el hombre?
Pobre raza de victimas, el ser humano.
Nadie es culpable.Nadie es culpable en Hiroshima. Todos fueron víctimas, aún los que lanzaron la bomba.
Nadie es culpable en Nuremberg. Todos fueron víctimas, hasta los que encendieron los hornos.
Nadie es culpable en Hungría. Todos son víctimas. Hasta los tanquistas que entraron en Budapest.Nadie es culpable, todos, todos son víctimas.
Raza de victimas, la humanidad.
Pobre patética raza de victimas, queriendo alcanzar las estrellas.

Escrito por Héctor Germán Oesterheld y publicado por primera vez en la revista Eternauta de Editorial Emilio Ramírez, en febrero de 1962. Ilustraciones por Solano López en el año 2005.


Tuesday, February 18, 2020

Diseños de personajes de MOEBIUS para el DUNE de JODOROWSKY

Moebius Concept Art for Jodorowsky’s ‘Dune’ Characters

Moebius concept art for Jodorowsky's Dune
The film version of Dune directed by Alejandro Jodorowsky may be the most famous movie that was never made. Jodorowsky signed on to film Frank Herbert’s award-winning novel in 1974, and assembled a bizarre, celebrity-studded team with the goal of crafting a 10-hour adaptation. Salvador Dalí, Orson Welles, Gloria Swanson, David Carradine, Geraldine Chaplin, Alain Delon, Hervé Villechaize, and Mick Jagger were attached. Pink Floyd would do the soundtrack. And the film’s visuals would be in the hands of Chris Foss, H.R. Giger, and Moebius. The artists got to work on their designs (with Dan O’Bannon enlisted for special effects) but money ran out fairly quickly. All we have of the movie that would have been is a folder of visual fragments and the 2013 documentary Jodorowsky’s Dune.
Chris Foss was in charge of designing the spaceships, while Giger got started on creepy architecture. Moebius concentrated on the cast of characters:

House Harkonnen

Baron Vladimir Harkonnen
Baron Vladimir Harkonnen
Feyd-Rautha Rabban and Piter De Vries
Feyd-Rautha Rabban and Piter De Vries
Glossu the Beast Rabban
Glossu the Beast Rabban

House Atreides

Duke Leto Atreides
Duke Leto Atreides
Paul Atreides and Lady Jessica
Paul Atreides and Lady Jessica
Duncan Idaho, Gurney Halleck, and Thufir Hawat
Duncan Idaho, Gurney Halleck, and Thufir Hawat
Dr. Wellington Yueh
Dr. Wellington Yueh

House Corrino

The Emperor of the Galaxy Padishah Shaddam IV and Imperian Count Fenring
The Emperor of the Galaxy Padishah Shaddam IV and Imperian Count Fenring
Sardaukars
Sardaukars
A Sardaukar
A Sardaukar

Other Characters

The Reverend Mother Gaius Helen Mohiam and Liet-Kynes
The Reverend Mother Gaius Helen Mohiam and Liet-Kynes
A member of the Spacing Guild and a Spice Smuggler
A member of the Spacing Guild and a Spice Smuggler
Representatives of minor houses
Representatives of minor houses

The African, the Russo-American, the Chinese…?

Sources group these drawings with Moebius’ Dune concept art, although how they relate to the Dune saga isn’t clear. If anyone knows, leave a comment.
The African and a Russo-American Chief
The African and a Russo-American Chief
Chinese Chief and Chinese Buffoon
Chinese Chief and Chinese Buffoon

Wednesday, September 05, 2018

QUEMARSE A LO BONZO


Thích Quảng Đức lo hizo en señal de protesta contra las persecuciones que sufrían los budistas por parte del gobierno de Ngô Đình Diệm. Las fotografías del hecho dieron la vuelta al mundo y sirvieron para cuestionar las políticas adoptadas por el régimen de Diệm. Malcolm Browne ganó un premio Pulitzer por la fotografía del monje,2​ y David Halberstam, realizó un informe sobre el hecho. Después de su funeral, en el que sus restos fueron finalmente reducidos a cenizas, el corazón de Quang Duc no se quemó;34​ fue recuperado y atesorado como una reliquia.5​ Este hecho fue tomado como un símbolo de su compasión y llevó a los budistas vietnamitas a honrarlo como bodhisattva.

El hecho ocurrió en la intersección de las calles Phan Dinh Phung y Le Van Duyet.184​ Thích Quảng Đức bajó del automóvil junto a otros dos monjes. Uno de los acompañantes puso una almohada en la calle mientras el otro abría el maletero del automóvil y sacaba un bidón de gasolina. A medida que la multitud se reunía alrededor del lugar, Thích Quảng Đức se sentó en la almohada adoptando la posición del loto. Después que vaciaron el contenido del bidón sobre su cabeza, Thích Quảng Đức recitó las palabras «Nam Mô A Di Đà Phật» («homenaje a Buda Amitābha»), prendió posteriormente un fósforo y se lo arrojó al cuerpo. El fuego consumió su ropa y carne, mientras el humo emanaba de su cuerpo en llamas.

Las últimas palabras de Thích Quảng Đức quedaron registradas en una carta que escribió antes de suicidarse:
Antes de cerrar los ojos y dirigirme hacia la figura de Buda, suplico respetuosamente al presidente Ngô Đình Diệm que tenga compasión de los habitantes de la nación y que desarrolle una igualdad religiosa que mantenga la fuerza de la patria para siempre. Llamo a los venerables, reverendos, miembros de la sangha y predicadores budistas para que se organicen y hagan sacrificios con el objetivo de proteger el budismo.7

El periodista David Halberstam escribió:

Iba a ver la escena de nuevo, pero una vez fue suficiente. Las llamas venían de un ser humano; su cuerpo se marchitaba y secaba lentamente, su cabeza se ennegrecía y carbonizaba. Sentía en el aire el olor de la carne humana quemándose; los seres humanos se queman sorprendentemente rápido. Detrás de mí pude escuchar los sollozos de los vietnamitas que se reunían alrededor. Estaba demasiado horrorizado para llorar, demasiado confundido para tomar notas o hacer preguntas, demasiado desconcertado incluso para pensar... Mientras se quemaba no movió ni un músculo, no pronunció ni un sonido, su compostura contrastaba con los lamentos de las personas a su alrededor.20

 Cuenta la historia que su corazón quedó intacto y que dos monjes lo llevaron a su destino final.

Thursday, August 30, 2018

El AUTOPED, un segway del siglo pasado.

Creado en los albores del siglo 20, una idea revolucionaria y disruptiva para la época. Quizás sirvio como inspiración para futuros vehiculos hoy creados bajo las bases de aquel invento. Para la dama y el caballero de epocas pasadas.







Thursday, April 12, 2018

LA GRIETA

El último cómic español que me ha conmovido verdaderamente es "LA GRIETA" y que aqui en Argentina tambien existe la grieta, pero vaya que diferente realmente. Problemas los tienen los inmigrantes. Increible relato con una estética de fotografia hecha viñeta tremenda.
Los autores son Carlos Spottorno y Guillermo Abril.





Seis grandes cómics 'made in Spain' para regalar por Reyes

Este puñado de tebeos pueden convertirse en un regalo de última hora o en una apuesta segura para aumentar nuestra estantería con género de calidad


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Viñeta de 'Gran bola de helado' de Conxita Herrero



En España ocurre que hay más dibujantes que lectores. Aunque es manifiesto que este país ha dado y da al medio artistas de una altura estratosférica, alguna extraña razón impide a sus habitantes interesarse sinceramente por los tebeos, a los que también podemos llamar cómics, historietas e incluso, con perdón, novelas gráficas.
El de las viñetas es un lenguaje indomable, por eso no se deja denominar definitivamente y prefiere vivir un poco al margen. Como sea, el talento está ahí y no se detiene. Vamos con algunas recomendaciones que resolverán con elegancia regalos de última hora, pondrán una sopa caliente en la mesa del dibujante y sobre todo nutrirán al que las atienda.


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Un hermoso combate

Si es cierto que la letra con sangre entra, he aquí un par de opciones que toman el contacto físico como tema central.  El boxeador es un ejercicio a cuatro manos que son las de Manolo “Man” Carot y Rubén del Rincón, un par de pesos superwélter del tebeo nacional, ambos con media profesión hecha en el bendito mercado francés, que en este cómic reversible desarrollan dos historias, las de dos púgiles y sus circunstancias, que convergerán en el corazón de este libro que trae una experiencia de lectura singular.
El boxeador se desarrolló sin editor a la vista, de espaldas a las solicitudes del mercado, y se nota en la libertad con que los autores se explayan en sus recursos. Manolo Carot, sin perder el inestimable y amargo candor que baña todas sus obras, parece haber consumado su aprendizaje en el manga y se fuga hacia un dibujo que se mira en gigantes como Boucq, a los que por momentos alcanza. El dibujo campesino y abundante de Rubén Del Rincón deja claro que su autor es uno de los mejores artesanos del momento, entendiendo como artesano alguien mucho más generoso que un artista.
Juntos se adueñan de los tópicos del boxeo para devolverlos novísimos, incorporados a personajes que funcionarían en cualquier otro contexto. El gran triunfo del libro es un tono cómplice de fondo que capacita a los autores para, en lugar de la mera competición, dar lo que ha de dar un buen combate, una hermosa suma de fuerzas, en este caso con vislumbres de sinfonía. Está claro que van a tener que compartir el título.
Más interesado en las artes marciales que en el deporte de combate, Víctor Puchalski ofrece en Enter The Kann un cántico demencial que invoca en grafismo e intenciones a Frank Miller, Paul Gulacy y otros jefes de las patadas voladoras para manifestarse como artefacto excesivo.
Un sencillo street fighter de la vida que en cero coma entrega a la causa cualquier guión posible y se enajena hacia la épica absurda y el macarrismo cósmico. Lo hace poniendo en juego mecanismos de serie zeta, manejando arquetipos de feria y zambulléndose a pulmón libre en una exploración estética que se pasa por la brenca todas las filosofías. Una cosa muy molona. Puro jazz con indumentaria hardcore.

Dinámicas de grupo

Gastrobares y espacios culinarios, literatura confesional, baladas benéficas, exposiciones de arte contemporáneo, cháchara de autosuperación. Contra toda esa inmundicia, por fin un cómic generacional que pone en evidencia la gran estafa cultural de la que nos creemos parte.
Removidos, primer álbum firmado por el misterioso tándem Ego y Alter, es vitriolo puro. Un cómic coral que chapotea entre el ensayo, la comedia de situación y el estudio antropológico pormenorizado. Aunque es de un dibujo poco tratable y por momentos se sofoca en su obsesión por compilar todas y cada una de las neurosis de nuestro tiempo, Ego y Alter mantienen el tipo, recobran el equilibrio en cada página.
Permanecen en el alambre para finalmente ofrecernos una disección despiadada y muy pertinente de la fatuidad de la escena "creativa", que según nos servimos hoy del término incluiría a coolhunters, artistillas audiovisuales, cinéfilos, críticos de mierda, vividores antisistema, productores, modernitos de palo, escritorzuelos de microrrelatos, marchantes de arte, poetastros de provincias, plumíferos y hasta fotógrafos en blanco y negro.
Muy lejos en intenciones, o tal vez no tanto, la furia gráfica habitual de David Rubín es conducida en Gran Hotel Abismo por un guión de Marcos Prior que se adscribe al estimulante género de la soflama. Una sátira con la prestancia habitual de Prior (mucho más que un guionista, todo un termómetro de precisión en el  zeitgeist), que en los lápices de Rubín se crece en alarido rabioso. Gran Hotel Abismo toma la violencia estructural a que nos someten los mercados financieros y sus Estados subordinados para encauzarla hacia el estallido callejero.
Presentado en un formato apaisado que funciona como flecha ardiente y da el tiempo simultáneo a la circunstancia que vivimos, con Frank Miller como modelo a parodiar y una exploración del color que se fija en la gloriosa Lynn Varley del Batman DK2, Gran Hotel Abismo se lee como un rayo de esperanza y dignidad, una sacudida para que dejemos de hacer el canelo aquí y salgamos a la calle con nuestra cajita de cerillas mojadas.

Delicatessen

El canario Rayco Pulido es un autor cerebral que lleva años espigando los secretos del lenguaje de la historieta en una carrera pausada pero segura hacia la excelencia. Aunque llevaba años al tajo, fue cuando entregó Nela hace tres, su adaptación de la Marianela de Galdós, que muchos empezaron a considerarle. Con Lamia, su nuevo e intrigante trabajo, no deja lugar a dudas de que es uno de los notables del panorama nacional.
Lamia se sitúa en la Barcelona de los años 40, por cuyas calles nos conducirá la treintañera Laia, guionista para el consultorio radiofónico de Elena Bosch, todo un fenómeno de masas. Laia está esperando un bebé y en la ciudad se están cometiendo unos crímenes que traen de cabeza a Mauricio 'Herr Doktor', un detective privado que también se ocupa en un misterio particular que angustia a la protagonista.
Rayco elabora una minuciosa crónica negra que condensa la atmósfera de un país cautivo de sus mentiras. Lo hace con metodología clásica, tomando el instrumental de Chester Gould y de Martí por extensión, hermanándose a otros dibujantes de la tiniebla como Keko y tutelado por el cine de Fritz Lang o el costumbrismo turbio de un Claude Chabrol. Su dibujo es esquivo y de inspiración técnica, de linea clara pero alma ocre, y de alguna manera nos atrapa con su goteo de informaciones y pequeños gestos. Lamia es un relato que agarra al lector desde la primera página para entregarle un recado íntimo que brota de esta tierra tan bien abonada para el tremendismo.
En una liga muy distinta juega Conxita Herrero, una joven autora que no parece contaminada de los vicios e inercias del lector de cómic y que en su obra husmea la expresión inmediata, el hallazgo desnudo y la poética al vuelo.
Gran bola de helado es un libro que se busca la melodía. Cerca de veinte historietas breves que funcionan como teselas de un paisaje subacuático, el que por ahora define a una dibujante que si un día decide hacer elocuente el color, servirse de él como texto, puede llegar a convertirse en una de las grandes.
Aquí ofrece fragmentos impulsivos, historietas que tararean melodías autobiográficas pero declinan el melodrama para aproximarse a la canción pop, donde chicas y chicos alternan con gatos, fantasmas, botellines y camas rojas, entre ellos o consigo mismos.
Trámites cotidianos de dibujo lacónico y alegre, que merodean los puntos muertos de las relaciones humanas y padecen de pronto unos vértigos visuales que los conducen sí o sí a la certeza de la palabra. Una de las sorpresas más gratas de la temporada.